El Peugeot 3008 es un coche de cinco plazas que tiene cierto aspecto de monovolumen pero que por su amplitud y funcionalidad es más parecido a un turismo. Peugeot afirma que tiene cualidades de todoterreno ligero y que «representa una síntesis inédita en el mercado de los vehículos “volumétricos” y se posiciona, por consiguiente, como un crossover de un género completamente nuevo».
Lo cierto es que no hay ninguna versión de tracción total —salvo el 3008 HYbrid4— y la única ventaja frente a un turismo es que las versiones de gasolina y Diesel más potentes pueden tener el mando «Grip Control» (imagen) que actúa sobre el funcionamiento del control de tracción y el de estabilidad, para facilitar el avance cuando se circula por suelos con baja adherencia
Las versiones más potentes (1.6 THP y 2.0 HDi) son preferibles, por sus cualidades dinámicas, a las de menor potencia puesto que llevan el dispositivo «Dynamic Rolling Control» que limita el balanceo de la carrocería y da al 3008 un tacto mejor en carretera (más impresiones de conducción).
A pesar de ello, dinámicamente no me parece claramente preferible a algunos monovolúmenes, como un Renault Grand Scénic o un SEAT Altea. Su espacio interior tampoco supera al de los turismos de su mismo tamaño; sin ir más lejos, un Peugeot 308 es más amplio (tabla de mediciones de interior), si bien el maletero del 3008 es más grande y ofrece diversas posibilidades para configurarlo (imagen). Posiblemente, la mejor cualidad del Peugeot 3008 sea su apariencia, tanto del exterior como del habitáculo, a tenor de los comentarios que he oido del coche cuando alguien lo ha visto y se ha subido en él.