Hay algunos autos a los que es complicado buscarles aspectos negativos o criticables. No porque sean “¡guau!”, simplemente porque hacen “todo bien” y, además, son agradables de manejar. En este caso estamos hablando de un sedán de líneas formales (¿y convencionales?) con un motor eficiente, ágil y de bajo consumo. Si a esto sumamos su condición de auto familiar, es poco más lo que se le puede exigir.